A Trujillo le tocó fraguar una de las promesas electorales 'estrella' de José Luis Rodríguez Zapatero hechas en su camino hacia La Moncloa: el Ministerio de Vivienda. Actualmente, su vida sigue muy ligada a la vivienda. Coordina un grupo nacional de expertos que prepara el documento 'La Política de Vivienda para el XXI' para la Fundación Ortega y Gasset.
Muchos la conocerán como 'la ministra de los minipisos' y otros como 'la de las zapatillas Kelyfinder. Su propuesta de VPO de 30 metros cuadrados -superficie similar a la de su actual despacho- le hizo ganarse más portadas de periódicos de las que hubiera deseado. Dos años después de que el presidente del Gobierno prescindiera de ella, se muestra muy orgullosa de todas y cada una de las decisiones que tomó al frente de esta cartera y presume de ser la artífice de que gran parte de la política actual de Vivienda en marcha lleva su sello.
Pregunta.- Del 'boom', en su etapa, a la crisis del ladrillo, ¿por qué?
Respuesta.- El gran problema de este país ha sido la demanda especulativa. Había una etapa expansiva que tenía que explotar. Se arañó hasta la última peseta con decisiones erráticas que en su día yo ya denuncié. ¿Culpables?, todos; ¿inocentes?, ninguno. Para que se acabe con el 'stock', la vivienda debería bajar entre un 30% y un 50%.
P.- ¿Se pudo hacer algo más por evitar la actual situación?
R.- El Gobierno podría haber hecho muchas más cosas. La decisión política en vivienda mueve el mercado. Durante mi etapa, se aprobaron medidas muy significativas como el Código Técnico de la Edificación (CTE) y la Ley de Suelo. Pero la repercusión de estas normas ha sido menor por la crisis financiera y porque en España ya tenemos suelo transformado para 20 años y viviendas para los próximos 10. Cuando yo planteo que se equilibre la deducción por alquiler y compra se rechaza en 2004 y ahora parece buena. Ya es muy tarde.
P.- ¿Quizá no supo hacer llegar su mensaje y el de su Ministerio?
R.- Lo que pasó es que yo resultaba peligrosa porque se pensó que iba a poner en riesgo la economía española cuando realmente ésta ya estaba en peligro. Con la creación del Ministerio de Vivienda, algunos creyeron que se iba a poner el país patas arriba. Se miraba todo con tanto temor que nadie quiso ver lo que iba a pasar en el futuro. La racionalidad no imperó.
P.- Pero su política tampoco caló demasiado bien en la sociedad.
R.- Cuando la gente piensa que tiene derecho a una vivienda y que se la tienen que pagar el resto de los contribuyentes esto jamás puede funcionar. Las casas no se dan: se compran o se alquilan. ¿Por qué los padres en lugar de pagar un Máster a sus hijos les facilitan la entrada para un piso? ¿Por qué los bancos en lugar de financiar la inteligencia financian el ladrillo? Y de aquellos barros, hoy tenemos estos lodos.
P.- ¿Se arrepiente de algo, por ejemplo, de los minipisos?
R.- No. Al contrario, me da pena que no se hayan podido ejecutar como me hubiera gustado. El debate de los minipisos fue necesario. ¿Quién no ha pasado por una vivienda de 30 metros? A mí, ahora mismo, me encantaría vivir en una en Madrid. De hecho, muchos compañeros diputados, incluso del PP, tienen minipisos. Me tomo muy bien que se me conozca como la ministra de los minipisos. Logré sacar la vivienda a la calle.
P.- ¿Conoce a algún joven que siga teniendo las zapatillas Kelyfinder que les regaló su Ministerio y que tantas críticas suscitó?
R.- Sin duda, aquella fue la mejor campaña mediática que se ha hecho en este país. Detrás de las kelyfinder había un proyecto, una plataforma tecnológica del Consejo de la Juventud donde se aunaban todas las políticas de vivienda de Ayuntamientos, CCAA, empresas privadas, etc. que el Ministerio de Vivienda financió. Queríamos enganchar a los jóvenes con un producto y éste fue unas zapatillas que, por cierto, se hicieron en La Rioja y no se las llevaron a China.
P.- ¿Qué opinión le merece el nuevo Plan de Vivienda 2009-2012?
R.- De nuevo no tiene nada. No hay más que comparar el decreto anterior con el actual. Nuestro país no necesita un plan continuista como es éste. Habría que haber hecho uno excepcional para una situación económica excepcional. Hablar de rehabilitación, renovación urbana, eficiencia energética, ayudas al alquiler, viviendas universitarias,... pero si todo esto ya lo hice yo en el Plan 2005-2008.
P.- Habla de ayudas al alquiler y se abordaron tras su marcha con la Renta Básica de Emancipación.
R.- Eso no es cierto. Las subvenciones al arrendamiento se introdujeron en el mes de julio de 2004 en un Plan de Choque que aprobamos nada más llegar al Gobierno. Cuando llega mi sucesora, Carme Chacón, y habla de la RBE me causa sorpresa. Era una medida que ya existía y la abonaban y abonan las comunidades. Si queremos llamar a los platos como en los restaurantes de cinco estrellas, se lo podemos llamar, pero son ayudas al alquiler y ya estaban en julio de 2004.
P.- ¿Por qué la Sociedad Pública de Alquiler (SPA), otra herencia suya, sigue sin funcionar?
R.- Nuestro objetivo era que fuera un referente, pero eso no gustó nada desde el principio porque el alquiler en nuestro país no da dinero. Ahora la cosa ha cambiado, hay mucha más oferta de alquiler que antes y debería comenzar a dar buenos resultados. La verdad, da un poco pena ver medidas que pusiste en marcha y que no se cumplan los objetivos.
P.-¿Cuál fue su mayor acierto?
R.- Las estadísticas. Que por primera vez en este país existiera información sobre qué pasaba en el mercado inmobiliario. Información y transparencia. Hasta ese momento, todos los días aparecía una empresa privada con cifras de todo tipo y yo puse coto. Firmé el convenio para que la estadística fuera única y estuviera centralizada. Ése es uno de los mejores aciertos de mi gestión. Ni la Ley de Suelo, ni el CTE, ni las políticas de alquiler en el Plan Estatal.
P.- ¿Qué recuerdo tiene de Solbes?
R.- Solbes tenía siempre la última palabra. Por ejemplo, para decir «no» a la deducción al alquiler. Desde el punto de vista presupuestario, muy bien: pasamos de 600 millones de euros a más de 1.000. Ahora bien, otras medidas fiscales que en mi opinión se tenían que haber adoptado no se adoptaron. Por ejemplo, ahora todos los medios hablan del IVA del 4% para la VPO que yo ya planteé en 2004. La respuesta entonces fue que eso no se podía hacer.
P.- Califique el trabajo de la actual ministra del ramo, Beatriz Corredor.
R.- No opino.
P.- Un consejo que le daría.
R.- Ninguno. Ahora es más fácil y mejor momento para ser ministra.
P.- Si Zapatero le volviera a llamar para dirigir el Ministerio de Vivienda, ¿cuál sería su respuesta?
R.- Esto es imposible desde el punto de vista político. Es inviable. Pero si eso ocurriera, no me veo en una cosa en la que ya he estado. Ni por supuesto dirigiendo la misma política. No me veo ni el mismo Ministerio en el que estaba ni el Gobierno. Ahora tengo otras satisfacciones y otras apetencias. Todos somos prescindibles.
Leído en el diario El Mundo