Del ex ministro de Economía popular al actual ministro de Economía socialista, de Rato a Solbes, pasando por ministras del ramo tal que María Antonia Trujillo. Del presidente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), Gregorio Mayayo, al ex gobernador del Banco de España, Jaime Caruana. Del presidente del Santander, Emilio Botín, al de Sacyr Vallehermoso, Luis del Rivero. Todos ellos -y no son los únicos- pregonaron en los años del boom que era "metafísicamente imposible" que en España bajaran los precios de las viviendas y que existiera una burbuja inmobiliaria mientras ésta se hinchaba.
De sus declaraciones da fe un recopilatorio elaborado por el blog burbuja.info desde el año 2002 a la actualidad, basado en las hemerotecas digitales. Este recopilatorio, que ya se ha extendido por la red, comienza un año después del 11 de Septiembre (es decir, en 2002), cuando se publicó que "los expertos (...) están de acuerdo en que ni hay burbuja, ni la habrá". Entre los consultados se encontraban Sociedad de Tasación y Tinsa -dos de las principales tasadoras del país-, así como el presidente de la AHE, quien aseguraba que "no habrá crisis, ni desplome y, por tanto, ni hay ni habrá burbuja".
Curioso fue lo que sucedió en el año 2003, año del comienzo de la guerra de Irak. Aquel verano, concretamente el 19 de junio de 2003, el entonces gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, reconocía ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados que el precio de la vivienda había subido más de la cuenta, "pero no tanto como para poder hablar de burbuja inmobiliaria, ni mucho menos de riesgo de pinchazo".
Exactamente cinco días después, el vicepresidente segundo y ministro de Economía Rodrigo Rato -posteriormente presidente del FMI- "rechazó de forma contundente la existencia de una 'burbuja inmobiliaria', alegando que la subida que vienen experimentando los precios es similar a la registrada en otros ciclos económicos alcistas". En definitiva: "No estamos ante una burbuja, pero estamos en una demanda muy poderosa que se mantiene, aunque se está moderando en el tiempo", enfatizó.
Pasó el verano y llegó el otoño. El 22 de octubre de 2003, en la celebración del salón inmobiliario catalán Barcelona Meeting Point, Emilio Botín afirmó que dicha ‘burbuja’ "no existe” y que el informe del Banco de España sobre el incremento de los precios de la vivienda se había "malinterpretado". El Banco de España advertía dos semanas atrás del elevado endeudamiento de las familias y la sobrevaloración del precio de la vivienda, y alertaba del riesgo de un "ajuste" brusco.
Ya en 2004, apenas tres meses después de la llegada de ZP al Gobierno, la ministra del ramo, María Antonia Trujillo -también conocida como la apretujillo por su idea de los minipisos- no sólo se contentaba con negar el boom, sino que iba más allá y calificaba de "irresponsables" a "aquellos que piensan que en España existe una burbuja inmobiliaria augurando un brusco descenso en el precio de la vivienda".
En abril de 2007, el Gobierno seguía rechazando la evidencia. "El Gobierno ha negado rotundamente que la bolsa española se encuentre en una situación "que pueda ser catalogada de desplome" y afirma que en ningún caso se puede hablar de que se "desinfle ninguna burbuja inmobiliaria", rezaban los titulares. El amigo monclovita Luis del Rivero, presidente de Sacyr Vallehermoso, ayudaba: "Más aún, no creo que haya una burbuja inmobiliaria en España". De paso, siempre que podía, arremetía contra los medios de comunicación como los causantes de todos los males. A nadie puede sorprender, pues, que el ministro de Economía Pedro Solbes haya pervertido las palabras hasta la náusea y haya negado hasta hace dos días la existencia de una crisis económica galopante.
¿Cómo es posible que tanto experto, tanta mente preclara, tanto economista, tanta lumbrera, tanto cargo público, tanto exitoso empresario fueran incapaces de prever que ningún ciclo económico es infinito, que después del boom estalla la crisis, que este país ha sufrido durante una década graves desequilibrios en precio y producción residencial, que la ley de la oferta y la demanda se ha salido por la tangente? ¿Por qué ese empeño en negar las pocas certezas que atesora la ciencia económica? ¿Tan necesario era abundar en la falta de cultura financiera de los españoles?
No hay comentarios:
Publicar un comentario