Las entidades financieras se preparan para otro gran concurso de acreedores, la antigua suspensión de pagos. A Real Urbis, según fuentes del sector, le ha llegado el turno. Desde que se iniciara la crisis y hasta ahora, la inmobiliaria presidida por Rafael Santamaría ha sobrevivido gracias a la mediación del grupo Santander con el resto de las entidades acreedoras de la promotora. El grupo liderado por Emilio Botín ha salido en reiteradas ocasiones en su auxilio por las relaciones históricas que le unen a la sociedad.
La Reyal de Rafael Santamaría se hizo en 2005 con Urbis, cuyo accionista mayoritario era Banesto. Desde que arrancara la crisis, Reyal ha tenido que refinanciar en dos ocasiones su deuda de más de 4.800 millones de euros ante la imposibilidad de hacer frente a sus pagos. No se vende ni un sólo piso y la empresa no ha logrado liquidez con el plan de desinversión de activos planteado por la banca acreedora. Y eso que el grupo, a través de Banesto, ha comprado a la inmobiliaria pisos por valor de 400 millones de euros para que eludiera el temido concurso de acreedores. Los bancos siempre intentan buscar soluciones antes de forzar la declaración de concurso voluntario por las enormes provisiones que les obliga a realizar y que ocasionan un daño ostensible a su cuenta de resultados.
En estas negociaciones, la intermediación del Santander con el resto de los acreedores ha sido clave para garantizar la continuidad de la sociedad. Caja Madrid, Banco Sabadell y Morgan Stanley, Royal Bank of Scotland y Barclays son algunas de las 39 entidades acreedoras de la inmobiliaria. Entre ellas, no siembre ha existido quórum para pactar nuevas condiciones para la amortización de los créditos pendientes, pero el papel del Santander había logrado hasta ahora aunar posturas.
Sin embargo, en este caso el Santander ha decidido tirar la toalla. Ya no intervendrá en el proceso de negociación con los acreedores y se sumará a la posición de la mayoría. Según fuentes cercanas a la negociación, el grupo presidido por Emilio Botín desconfía del equipo directivo de la empresa que no se esfuerza por cumplir el plan de viabilidad diseñado por los acreedores. Y tampoco ve una salida a corto plazo para los miles de pisos de la promotora ya que el mercado no presenta síntomas de mejora.
Las negociaciones entre Reyal y los acreedores se prolongarán hasta octubre. Pero si el Santander ya no protege a la inmobiliaria, previsiblemente asistiremos a otro concurso de acreedores.
- Leído en diario El Mundo
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