Parece ser que, irónicamente, las agencias inmobiliarias españolas tendrán que acabar colgándose a ellas mismas el cartel de “Se vende”, según los resultados que arrojan los estudios de dos consultoras nacionales especializadas en franquicias.
Según una de ellas, Barbadillo y Asociados, las 41 marcas de agencias inmobiliarias que estaban presentes en España en 2007, han perdido durante ese año más de la mitad de las agencias con que contaban, en concreto han pasado de 4.527 establecimientos operativos en 2006 a tan sólo 2.202.
El director general de la consultora, Santiago Barbadillo, aclara que aunque el número de marcas inmobiliarias se haya visto reducida en su Guía de Franquicias de 66 en 2006 a 41 en la actualidad, puede deberse únicamente a que algunas de ellas siguen su ejercicio en activo pero sin franquiciar, con lo que no quedan reflejadas en su informe.
El número de franquicias en concreto, ha bajado en 2007 en un 1,8% en comparación a 2006, contabilizándose según los expertos de Barbadillo en 962 en todo el mercado español.
Añade que, en su opinión, el recorte de establecimientos se debe no sólo a la paulatina caída de algunas marcas sino también a la crisis que se vive en la actualidad en el mercado inmobiliario, con sus consabidos problemas: la subida de los tipos de interés y la falta de financiación.
Por otro lado, Tormo y Asociados redactó el trimestre pasado su propio estudio sobre la situación, aunque ahora su director, Eduardo Tormo, es algo más pesimista en sus afirmaciones que entonces, calculando el cierre durante el ejercicio pasado de alrededor 700 agencias inmobiliarias.
Además, la Red de Expertos Inmobiliarios (REI) afirma en boca de su presidente, Eduardo Molet, que las transacciones de inmuebles de segunda mano han sufrido un frenazo de entre el 40% y el 70%, siendo el período entre abril y octubre nefasto para éstas.
Sus datos se asemejan a los de Barbadillo, pues entienden que el número de agencias en España se ha reducido en aproximadamente un 30%.
Según el conjunto de entendidos, el fenómeno se debe al choque de dos cambios de ciclo, uno de carácter económico y el otro de tipo inmobiliario, en el que el tiempo de venta de inmuebles se ha extendido considerablemente y la financiación cada vez se ha visto más mermada, por lo que aquellas empresas nacidas exclusivamente para explotar las oportunidades del boom se han visto finalmente ahogadas y han tenido que desaparecer.
- Extraído de blogurbanismo.com
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