El estallido de la burbuja inmobiliaria se ha cobrado una nueva víctima. En esta ocasión no se trata de una gran empresa, sino de Cinqualium una pequeña compañía familiar, pero cuyo administrador único es el ex ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos, que acumula unos fondos propios negativos de casi 73.797 euros y unas pérdidas de más de 75.000 euros desde su creación.
Lo curioso es que el cese de la actividad se ha producido poco antes de que la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Judicial detectara mensajes enviados presuntamente por el ex ministro el pasado mes de marzo, en plena campaña electoral, alertando sobre una posible suspensión de pagos de Sacyr.
El problema es que, al final, la tortilla se ha dado la vuelta y no ha sido la empresa que preside Luis del Rivero, sino la de Álvarez Cascos, la que se asoma al abismo. Según consta en sus últimas cuentas anuales, aprobadas el pasado mes de junio, la sociedad está "inactiva".
Pérdidas Y lo que es peor es que "como consecuencia de las pérdidas acumuladas a 31 de diciembre de 2007, el patrimonio neto de la sociedad se ha visto reducido a menos de la mitad del capital social, lo que implica que la sociedad deberá disolverse o proceder a reducir o aumentar el capital en la medida suficiente".
Aunque la firma no aclara cuál ha sido la decisión final del ex ministro, las cuentas se han elaborado bajo el principio de "empresa en funcionamiento", por lo que todo indica que la intención de Álvarez Cascos pasa, al menos, por liquidar de forma definitiva la compañía, aunque la deje inactiva.
De hecho, la compañía ha decidido, siempre según sus propias memorias, cancelar el alquiler de la oficina desde la que operaba, dando de baja la fianza constituida. Cinqualium se constituyó en 2005, en pleno boom inmobiliario con un capital social de poco más de 3.000 euros. En enero de 2007, la compañía fue traspasada por sólo un euro a otra de las empresas de Cascos, que asumió desde entonces su control.
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