Cansado, enrabietado de tanta vivienda de mentirijilla y además tan cara, como un niño al que le han prometido algo que finalmente no le dan o no acaba de llegar, de tanto chalet con piscina, tanto 'paraiso' inexpugnable para un mero mortal como yo, tanto jefecillo con mercedes, tanto subresponsable de subsección con aires de grandeza, tanto directivo de banco forrado y casado con tanta rubia golfa, tantas hipotecas a 30, 40 y 50 años... ¡cabrones!.
Dentro de mi cubil, en una celda de 2 por 2, el aire se hace más y más denso, apenas puedo respirar. Cada minuto que paso en esta habitación me hago un ser más debil, y cada minuto que un Pepito (que es como llamamos a los que compran pisos como manera de invertir su dinero, hipotecándose hasta la médula) se agazapa en su nueva ratonera de 30 metros cuadrados que adquirió por 299000 euros, se hace más pobre. Cuando miro a mi alrededor, las paredes se estrechan más...
Salgo a la calle... veo a un indigente. Se prepara para pasar la noche en alguna estación, o en un cajero. Me pregunto si algun dia habrá alguna diferencia entre él y yo, o incluso si llegaré a ser más pobre que él: endeudado de por vida, con una familia a la que no puedo mantener y una hipoteca que no puedo pagar.
La culpa la tienen sociedades extranjeras y entidades bancarias que compran pisos sin parar! - Pienso, mientras aprieto los puños y frunzo el ceño. El gobierno les apoya a costa del bolsillo del ciudadano! - Grito para mí mismo una y otra vez. Y de nuevo, me senti cansado de tanto político corrupto y tanto ladrón de guante blanco, de tanto Julián Muñoz y caso Malaya, de tantos retretes con Picassos y tantos bidés de oro, de tanto deportivo a 280 kilometros por hora por la autopista y de tanto jet privado. Hastiado de tanto Fórum, de tanta AFINSA, de tanta mafia, tanto ladrillo, tanto glaciar que se derrite, tanta costa violada... ¡desgraciados!.
Miro los rascacielos, y me imagino que por dentro están completamente divididos en pequeños cubículos, como si fuera una gigantesca colmena. Me pregunto quién sera la reina, y si realmente viviria allí dentro... cosa que dudo seriamente. Quiero ver a la reina. Necesito ver a la reina. ¡Solicito una audiencia con la reina del ladrillo! - Grité. Denegada. - respondieron - No entiendes el mundo de la construcción.
Es septiembre; el verano ya se acaba. Hace poco fue el sexto aniversario del atentado contra las torres gemelas en Nueva York. ¡Ya lo sé! Ahora caigo. ¿Como no he podido verlo antes? - Pensé. En realidad Al Qaeda lo único que queria era protestar por la especulación occidental con el ladrillo y la escalada de precios... y como todavía no hemos captado su mensaje, pues Bin Laden sigue intentándolo. No me extraña, vivía en un palacio con veinte mujeres, y ahora vive en una cueva, que sin duda es mas grande que mi pocilga ...pero eso sí, con veinte cabras.
Llego a casa y, finalmente, yo, una vez hube pagado la correspondiente y desmesuradamente abusiva mensualidad al viejo uraño de mi casero por el cuchitril inmundo, infesto e ilegal donde vivía, y hastiado de tanta subida de precios, tanta especulación y demás planes de vivienda inútiles del gobierno, me senté a esperar, y juré no levantarme de allí hasta que los precios de los pisos hubiesen bajado... aún sigo esperando:
1 comentario:
Cómo te entiendo, administrador. Tanto hastío, tanto asco, tanto odio...
Tanto cabrón y no poder hacer nada que realmente sirva...
Yo también ansio como tú, el día en que pagen caro todo lo que han echo.
Publicar un comentario