En saco roto han caído las reiteradas advertencias que el Banco de España les viene dedicando a las cajas de ahorros en el sentido de que reduzcan su exposición al mercado inmobiliario -la última el pasado día 20 de marzo-. El aterrizaje brusco del sector ya ha hecho mella en el conjunto de las entidades, que han visto cómo aumentan más sus pérdidas por el deterioro de sus activos (62,7%) que el crecimiento de sus beneficios (43,5%) en cómputo interanual. Así lo pone de manifiesto el hecho de que para el total de las cajas españolas, a diciembre de 2007, el agujero por este concepto ascendiera a 5.067 millones de euros frente a los 12.512 millones de resultados antes de impuestos, lo que supone el 40% de sus beneficios totales, según datos públicos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) a los que ha tenido acceso El Confidencial. Especialmente dramático es el caso de tres entidades consideradas “muy grandes”: Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Caja España y Caja Galicia, cuyas pérdidas por deterioro de activos fueron superiores a sus ganancias en 2007.
CAM, en concreto, ganó 325 millones de euros, pero sus pérdidas por deterioro de activos sumaban la nada desdeñable cifra de 549 millones, de los cuales 546 millones, corresponden a “inversiones crediticias”. Caja España perdió 149 millones frente a unos resultados de 110 millones de euros y las pérdidas por este concepto de Caja Galicia suman 248 millones frente a los 186 de beneficios antes de impuestos.
Otras Cajas de Ahorros y Montes de Piedad tampoco han sabido evitar el riesgo. Tal es el caso de Caja Ávila, cuyo deterioro supone el 99,85% de sus beneficios; Tarragona, con el 87,3%, o Bancaja, con el 79,29%, Caja Castilla La Mancha, con el 71%, o Caixa Cataluña, con un 65,4%.
Por volumen, la entidad española que más ha perdido en esta partida es Caja Madrid, con un total de 981 millones de euros. Pero sólo supone un 31% de sus resultados, que ascendieron a 3.100 millones de euros. Por su parte, los 553 millones de euros que La Caixa ha perdido por deterioro de activos, sólo significa un 15,62% de sus 3.500 millones de beneficios antes de impuestos.
¿Qué significan exactamente las pérdidas por deterioro de activos?
Ahora bien, ¿qué significan exactamente las pérdidas por deterioro de activos? La Circular 4/2004 del Banco de España, que entró en vigor en enero de 2005, lo explica muy claro. Según dicha Circular, “existe evidencia objetiva de deterioro en los instrumentos de deuda, entendidos como los créditos y valores representativos de deuda, cuando después de su reconocimiento inicial ocurra un evento, o el efecto combinado de varios eventos, que suponga un impacto negativo en sus flujos de efectivo futuros”.
Entre estos eventos se enumeran ejemplos como que el emisor o el obligado al pago de los instrumentos de deuda han sido declarados, o es probable que sean declarados en concurso, o tienen dificultades financieras significativas. Que se incumplan las cláusulas contractuales, como el impago de principal o intereses. O que el emisor o el obligado al pago hayan reestructurado deuda, exclusivamente por tener dificultades financieras.
Otros motivos para dar cuenta del deterioro de los activos son incrementos en el retraso de pagos o en el nivel de endeudamiento de los prestatarios; modificaciones en las condiciones económicas locales, nacionales o sectoriales que se correlacionan con impagos en los activos del grupo, tales como incremento en la tasa de desempleo en el área geográfica de los prestatarios; descenso en el valor de los activos recibidos en garantía en el área relevante, así como descenso en los precios de los productos o servicios u otros cambios adversos en las condiciones de un sector económico que afecten a los prestatarios del grupo.
El actual frenazo del mercado inmobiliario español, con bajadas de precios residenciales incluidas; el rosario de promotoras al borde de la quiebra; la Ley del Suelo que convierte en ilíquidos terrenos que antes eran urbanizables; el alto endeudamiento de los hogares; el aumento de la morosidad de particulares y empresas, sin contar con la espectacular mora de los establecimientos financieros de crédito; o el cambio de tendencia del empleo son “eventos” más que suficientes para justificar los datos de pérdidas por deterioro de los activos arriba mencionados.
El pasado día 20 de marzo, el Banco de España, máximo responsable financiero del país, volvió a lanzar un mensaje de prudencia a las entidades financieras españolas, especialmente en un momento complicado en los mercados internacionales, con dificultades en el acceso al crédito. De nuevo, desde el Banco de España, reiteraron que “esta llamada a la prudencia no responde a que haya detectado situaciones especialmente delicadas en alguna caja de ahorros determinada” y que “esta iniciativa no consiste tampoco en una actuación especial, sino que forma parte de la labor habitual de supervisión” que realiza el antiguo banco emisor. Supervisión que, a la luz de los datos, ha sido manifiestamente insuficiente.
- Leido en Cotizalia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario