miércoles, 16 de enero de 2008

Con la deuda al cuello

Con la deuda al cuello, por J. Sánchez Arce.

Para consternación de buena parte de sus accionistas, las principales inmobiliarias afrontan monumentales vencimientos de deuda a lo largo de este ejercicio.

Así se estipuló hacia mediados y finales de 2006, año en el que, lejos aún de la crisis credicitia global y de la contracción del negocio inmobiliario en España, estas empresas suscribieron buena parte de los créditos sindicados para financiar las adquisiciones y opas que han caracterizado el crecimiento corporativo de este sector en los últimos años.

En las fechas actuales en las que los bancos han cerrado el grifo al ladrillo, las inmobiliarias se desprenden de activos o intentan renegocian su deuda para hacer frente a sus apremiantes compromisos financieros. Dejando a un lado a la casi deshauciada Habitat, que, arrastrando una deuda de 2.500 millones, negocia con los bancos una salida a su incapacidad para pagar las cuotas del crédito sindicado de 1.430 millones, la compañía más endeudada a corto plazo es Martinsa Fadesa, la promotora presidida por Fernando Martín que está renegociando con sus bancos acreedores (Caixa, Caja Madrid, Ahorro Corporación y Morgan Stanley) las leoninas condiciones del crédito sindicado que firmó Martinsa a finales de 2006 para adquirir Fadesa.

Estas negociaciones, encaminadas a alargar cuatro o cinco años el vencimiento del préstamo, parecen que avanzan satisfactoriamente, y más le vale al grupo que así sea. Martinsa Fadesa ha de afrontar antes de septiembre unos pagos con los bancos que ascienden a 2.575 millones, repartidos en dos tramos y en tres plazos.

Los reembolsos están previstos en marzo (253 millones), agosto (otros 253 millones) y en septiembre. En esta fecha tiene que amortizar la totalidad del Tramo B del crédito, que asciende a 2.071 millones de euros y que cuenta, al igual que el tramo A, con un tipo de interés de euribor más 350 puntos básicos. Entre septiembre y diciembre, la promotora ha reembolsado 603 millones mediante el pago de dos cuotas financiadas con la venta de activos.

Un ejemplo antagónico de apalancamiento es Colonial, cuya deuda a 30 de diciembre ascendía a 8.600 millones de euros (cerca del 65% de su valor de activos), pero que en 2008 sólo tiene que hacer frente a un principal del crédito sindicado por importe de 150 millones de euros, habiendo diferido otros pagos a 2009 (unos 1.050 millones que se pagarán en buena parte con la venta del 33% de la francesa SFL); 2010 (300 millones), 2011 (300 millones) y 2012, año en el que tendrá que hacer frente a un pago de 4.609 millones de euros.

De esta forma, el gran problema de endeudamiento a corto plazo de Colonial no parece el principal del crédito, sino el pago de unos intereses titánicos. La inmobiliaria paga actualmente a sus bancos RBS, Calyon, Eurohypo y Goldman Sachs unos intereses de 190 puntos básicos sobre euribor, lo que eleva esta partida a más de 400 millones de euros anuales, que equivale aproximadamente al 64% de los ingresos de la compañía entre enero y septiembre de 2007.

Con una deuda que asciende a 668 millones, Astroc afronta unos pagos de unos 350 millones de euros entre enero y septiembre, de los cuales 300 millones derivan del crédito sindicado dispuesto en enero de 2007. Con unos fondos negativos de más de 100 millones de euros, la sociedad primero tendrá que destinar los recursos que capte con la ampliación de capital de 800 millones a su reequilibrio (su intención es de alcanzar unos fondos propios de 1.200 millones gracias a la fusión con Rayet Promoción y Landscape), y luego pensar ya en cómo afronta o renegocia sus compromisos.

Reyal Urbis, por su parte, tiene una deuda de unos 5.700 millones de euros, la mitad de la cual corresponde a su préstamo sindicado que, tras haber amortizado 500 millones en diciembre, asciende a 2.371 millones de euros. Este año deberá abonar otros 500 millones de euros, mientras que los 1.871 millones restantes tendrán que ser pagados entre junio de 2009 y diciembre de 2013. Frente a estos casos, compañías como Renta Corporación o Metrovacesa no afrontan ningún pago del principal hasta hasta 2010 y 2011, respectivamente.

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